
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la argumentación intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto argumentativo además de la función apelativa presente en el desarrollo de los argumentos, aparece la función referencial, en la parte en la que se expone la tésis.
Los textos argumentativos son aquellos en los que el emisor tiene como intención comunicativa prioritaria la de ofrecer su visión subjetiva sobre un determinado tema. En tanto que argumentar es, por definición, un procedimiento persuasivo, aparte de toda la información que a través de estos textos se pueda proporcionar (lo que implica que casi siempre haya también exposición), existe implícitamente en ellos también la intención de convencer al receptor acerca de lo que se está diciendo.
Estructura interna
los textos argumentativos son aquellos cuyo mensaje se vale de diferentes razones para convenser a su destinatario. Para ello, se estructuran en una introducción que plantea la tesis, una presentación de argumentos y conclusiones. Los elementos básicos del texto argumentativo son la opinión del autor sobre el tema y las razones con que la justifica.